"Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar; decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas; decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar la solución; decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis; decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no era más que mis propias debilidades y que ésta era la única y mejor forma de superarme; aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fuí, me dejó de importar quien ganara o quien perdiera, ahora me importaría simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamarle a alguien "amigo".
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de la vida".
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.
Aprendí que de nada sirve la luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas, aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad; desde aquel día yo no duermo para descansar, ahora solo duermo para soñar"...
Walt Disney
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